La NIA 500 trata específicamente en explicar lo que constituye evidencia de auditoría en una auditoría de estados financieros.

De acuerdo con la NIA 500 el objetivo del auditor, es diseñar y aplicar procedimientos de auditoría de forma que le permita obtener evidencia de auditoría suficiente y adecuada para poder alcanzar conclusiones razonables en las que basar su opinión.

Esta NIA es aplicable a toda la evidencia de auditoría obtenida en el transcurso de la auditoría.

Si la información a utilizar como evidencia de auditoría se ha preparado utilizando el trabajo de un experto de la dirección, el auditor, en la medida necesaria y teniendo en cuenta la significatividad del trabajo de dicho experto para los fines del auditor:

a.     Evaluará la competencia, la capacidad y la objetividad de dicho experto;

b.     Obtendrá conocimiento del trabajo de dicho experto; y

c.     Evaluará la adecuación del trabajo de dicho experto como evidencia de auditoría en relación con la afirmación correspondiente.

Al utilizar información generada por la entidad, el auditor evaluará si, para sus fines, dicha información es suficientemente fiable, lo que comportará, según lo requieran las circunstancias:

a.     La obtención de evidencia de auditoría sobre la exactitud e integridad de la información; y

b.     La evaluación de la información para determinar si es suficientemente precisa y detallada para los fines del auditor.